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Nos estamos renovando

Guadalupe Reinas 2021

Lecturas conjuntas de Librosb4tipos

  • Nación Prozac, Elizabeth Wurthel
  • Fatal, Carolina Unrein
  • Diario del dolor, María Luisa Puga
  • Una noche en el paraíso, Lucia Berlin
  • Supersorda, Cece Bell
  • El vagón de las mujeres, Anita Nair
  • Siempre con mis amigos, Ana María Machado
  • Parentesco, Octavia Butler
  • Orgullo y Prejuicio, Jane Austen
  • Frankenstein, Mary Shelley
  • El libro vacío, Josefina Vicens
  • Nuestra parte de noche, Mariana Enríquez
  • Nada, Carmen Laforet
  • Pelea de Gallos
  • El club de la buena estrella, Amy Tan
  • Poesía Completa, Alejandra Pizarnik
  • Frecuencia Júpiter, Martha Riva Palacio Obón
  • Persépolis, Marjane Satrapi
  • Muerte a la zaga, María Elvira Bermúdez
  • Mandíbula, Mónica Ojeda
  • En el tiempo de las mariposas, Julia Álvarez
  • Kalpa Imperial, Angélica Gorodischer
  • Sólo por ser mujer, Sol Ceh Moo
  • Virus Tropical, Power Paola
  • Nuestro Mundo Muerto, Liliana Colanzi
  • Los recuerdos del porvenir, Elena Garro
  • Los días del venado, Liliana Bodoc
  • El albergue de las mujeres tristes, Marcela Serrano
  • La fosa de agua, Lydiette Carrión
  • La cámara sangrienta, Angela Carter
  • Primero sueño, Sor Juana Inés de la Cruz
  • Vulva de Mithu M. Sanyal
  • Esclavas del poder de Lydia Cacho
  • Fruta prohibida de Jeanette Winterson
  • Casas vacías de Brenda Navarro
  • Mujercitas de Louisa May Alcott
  • Chicas cerdas machistas de Ariel Levy
  • Binti de Nnedi Okorafor
  • Por qué no soy feminista de Jessa Crispin
  • Pippi Calzaslargas, Astrid Lindgren
  • Ritos Funerarios de Hannah Kent
  • Temporada de Huracanes de Fernanda Melchor
  • El dios de las pequeñas cosas de Arundhati Roy
  • Volver a casa de Yaa Gyasi
  • No te ama de Camila Gutiérrez
  • La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexiévich
  • Kitchen de Banana Yoshimoto
  • Negra de Wendy Guerra
  • El cuento de la criada de Margaret Atwood
  • La amiga estupenda de Elena Ferrante
  • No nacemos machos de Varios Autorxs
  • Cuentos reunidos de Amparo Dávila
  • Sexo Chilango de Mónica Braun
  • Vengadora de Mónica B. Brozon
  • Confesiones de una mala feminista de Roxane Gay
  • Cartucho de Nellie Campobello
  • Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes de Fransesca Cavallo y Elena Favilli
  • Teoría King Kong de Virginie Despentes
  • Americanah de Chimamanda Nogzie Adichie
  • La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. LeGuin
  • La mujer habitada de Gioconda Belli
  • El color púrpura de Alice Walker
  • El eterno femenino de Rosario Castellanos
  • Un cuarto propio de Virginie Woolf
  • Todos deberíamos ser feministas de Chimamanda Ngozie Adichie

Fanfiction y feminismo

By junio 15, 2019 ,

Desde que estaba en primaria empezó mi amor por el anime, el manga y todo lo que tuviera que ver con ese mundillo. En secundaria por fin encontré personas afines a mis intereses e hice amigos. Mi mejor amiga y yo empezamos a escribir y a leer fanfiction como una manera de seguir consumiendo aquellas historias que nos fascinaban, para calmar nuestra tristeza después de una escena especialmente dura (el final de Chrono Crusade me sigue rompiendo el corazón cuando me acuerdo), o simplemente para ver otras historias con esos personajes con los que tanto nos habíamos encariñado.

Fanfiction, como su nombre lo dice, es ficción escrita por fans y para fans: utiliza los personajes y, a veces, los escenarios del producto original (libro, película, serie, cómic, videojuego, etc.). La creatividad de quienes escriben fanfics se da rienda suelta para crear finales alternativos, escenas imaginarias, historias nuevas de principio a fin, personajes que viven en contextos distintos (universos alternos), romances entre quienes no son pareja en el producto original… En fin, muchísimas opciones.

Aunque crear fanfics es una forma de demostrar el amor y la pasión por estos contenidos originales, a algunos creadores no les simpatiza mucho; escritores como George R.R. Martin, Anne Rice —me hace gracia porque pienso que Memnoch el diablo es un fanfic de la biblia— y Diana Gabaldon han manifestado su rechazo y desacuerdo con que se hagan fanfics de sus historias. Por otro lado, tenemos a escritoras que comenzaron su carrera haciendo fanfiction, como Cassandra Clare y Marissa Meyer, por ejemplo, o libros que nacieron siendo fanfics, como Cincuenta sombras de Grey (antes llamado Masters of the Universe) basado en Crepúsculo, y After, del grupo musical One Direction.

Una razón por la que se rechaza este género es que se utilice el producto intelectual ajeno para crear uno propio, pero no es que el objetivo sea adquirir dinero a partir de lo ya hecho, sino que se hace meramente por el amor o como una forma de expresión. Otras críticas se han manifestado en contra de los fanfics por la supuesta mala calidad literaria, por las relaciones que, en la mayoría de los casos, suelen ser slash (sexo entre hombre/hombre), o de que gran parte de estos están escritos por mujeres adolescentes.

No se me había ocurrido escribir sobre el tema, hasta que hablando con Nea (quien escribe unos fanfics excelentes) supe de un artículo de Vox titulado “Why we’re terrified of fanfiction”, que habla de que escribir fanfiction es algo mayoritariamente femenino, y de cómo esto genera rechazo.

Cuando estaba en primaria sufrí muchas burlas y malos tratos porque me gustaban las “cosas de niños”. Me gustaba Dragon Ball Z, Digimon, Pokemon, jugar futbol y Magic The Gathering. No encajaba ni con las niñas ni con los niños de mi clase (no iré tan lejos como para decir que no tenía amigos, pero a veces lo sentía así). Una vez que me cambié de ciudad y de escuela, empecé a hacer amigos que gustaban de las mismas cosas que yo, la mayoría niños. Entonces comencé a sentirme orgullosa de todas esas aficiones y a presumir no ser "como las demás niñas”. A mí no me interesaba el maquillaje ni ir de compras, hablar de chicos en las pijamadas; prefería pasar horas jugando videojuegos y viendo anime o escribiendo y leyendo fanfics. Sin darme cuenta, y a pesar de mi crianza feminista, estaba siendo misógina.

Así como a mí me molestaban en la primaria por gustar de “cosas de niños”, se sigue teniendo esa creencia de que, cuestiones como Dungeons and Dragons, los cómics y los videojuegos, incluso algunos géneros como la ciencia ficción, son “para hombres”. ¿Y por qué? Una de las razones es que la producción de estos, así como la gran mayoría de los medios: cine, televisión, literatura… está dominada por ellos. Y aunque cada vez hay más mujeres que trabajan en esos ámbitos, aún siguen siendo minoría, y su trabajo permanece siendo minimizado, invisibilizado o poco tomado en cuenta.

Además del artículo que me compartió Nea, mientras escribía esto, encontré muchos otros que van de la mano con el tema y que me parecieron muy interesantes. Lamentablemente todos están en inglés, pero de cualquier manera se los dejaré al final por si les quieren echar un ojo. Pero antes quiero resaltar algunos de los puntos que encontré y hacerlo desde mi experiencia con ese universo creativo.

El primer punto que me parece importantísimo es el poder explotar nuestra creatividad a través de la escritura de fanfic: quizás no hagamos personajes ni escenarios originales, pero las historias serán completamente nuestras. Es una forma de desarrollar y mejorar nuestra escritura creativa, incluso de proyectarnos hacia la industria editorial.

En Fangirl, libro de la autora Rainbow Rowell, la protagonista es un personaje con el que yo me sentí muy identificada por su forma de ser fan. Ella crea un fanfic que es famoso y muy reconocido. En internet, la protagonista puede expresarse y ser ella misma, mientras que en el mundo real, le cuesta trabajo relacionarse con otros por su ansiedad social. En el libro, además de encontrar amigos y superar sus inseguridades, encuentra su voz para realizar algo completamente original, y es en gran parte gracias a su afición.

También se crea un sentido de comunidad muy importante y de apoyo, lo cual me lleva a una cierta dimensión de sororidad. Aunque también hay hombres escribiendo fanfics, la mayoría son mujeres, que se echan porras mutuamente, que aprecian lo que hacen las demás, que toman inspiración de otras historias y crean redes de amistad a través de internet.

Angela Thomas, que realizó una tesis sobre el tema, menciona que escribir fanfiction proporciona a las mujeres jóvenes la oportunidad de crear narrativas que les permiten sentirse más empoderadas en su vida diaria. Además, el sentido de comunidad que se crea es muy importante, especialmente para adolescentes, que de alguna forma se sienten excluidas.

Por último, el fanfic es una manera de explorar los deseos y la sexualidad; permiten que exista más diversidad en las historias, pues generalmente, los medios están muy desbalanceados y no brindan más representaciones: son heteronormativos, sexistas y “blancos”. El fanfiction permite apropiarnos de esas narraciones y transformarlas en algo más acorde a lo que buscamos como una manera de rechazar esa falta de diversidad.

También hay que reconocer que no todo es maravilloso, y que, como en todos lados, hay cuestiones problemáticas en este mundo: decir que todo el fanfiction es feminista o que todas las que escriben fanfics lo son, sería una barbaridad. Pero al final, el escribir fanfiction es una forma más de hacer oír nuestra voz, nuestros deseos, nuestros gustos y nuestro amor. Y no debería ser algo que debamos ocultar o por lo que debamos avergonzarnos, y mucho menos, algo por lo que se nos ataque.

Platíquenme qué piensan sobre esto, y déjenme sus recomendaciones de fanfiction. Aquí abajo les comparto los artículos que leí:

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1 comentarios

  1. El fanfiction me permitió soñar e imaginar con historias/personajes que creía no tenía derecho a tocar, o que terminaban allí, donde su creadora o creador lo dictaron. Me dejaron saber que no tenía que conformarme con lo que ellos dispusieran, y que podía amar al personaje y odiar la historia, y que estaba bien. Los hicieron míos más de lo que ya eran.

    Y aunque nunca me he animado a escribir uno (me da demasiado miedo el OoC), soy ávida lectora de ellos, cómo fangirl comprometida con sus OTPs, y puedo asegurar que en mis peores momentos depresivos, me han salvado. Sé que lo han hecho. Me ha salvado leer, revivir, rehacer más allá de su historia original, a esos personajes que tienen un pedacito de mi corazón, y que están ahí para mí, en diversas formas. Una para cada momento en el que los necesito. Y el fandom... Qué sensación más bonita la de saber que existen personas ahí afuera sintiendo lo que tú, amando lo que tú. Qué no eres un fenómeno. Creo que contadas cosas me hacen sentir lo que mis OTPs, sus respectivos fanarts, fandom, y fanfiction. Es tan... Cálido.

    Justo ahora estoy deprimida como nunca, y una grandísima ayuda ha sido enamorarme de Good Omens, de Crowley y Aziraphale. Aún no encuentro mucho fanfiction de ellos que me encante (porque tienden a hacerlo smut y no me encanta el smut, además de que en mi headcanon ellos son asexuales, cómo yo), pero ahí voy. Tumblr tiene mucho meta que vaya que es bueno.

    Tengo un fanfiction que podría decir que es mi preferido; siempre vuelvo a él cuando me siento sola o deprimida. Lo escribió mi autora de fanfiction preferida, y es de mi otra OTP, Sterek (claro ejemplo de odiar la historia/serie pero amar los personajes). Se llama 'A desperate arrangement', y me deshace su manera de desarrollar la relación. La tensión, oh. The pining, the UST, the slow burn... Su forma de lidiar con el trauma el abuso. Me gusta su misterio, su AU, su humor extraño. No sé. Me calienta el corazón. Te lo dejaré: https://archiveofourown.org/works/2262240/chapters/4967643

    Como sea, disculpa que te escribiera todo esto. Me emocioné. Gracias a ti por escribir esto.

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